domingo, 24 de mayo de 2015

Un bosque, tu vida, un bosque

¿Han visto el ocaso caer sobre los árboles?
¿Han visto las penumbras reflejarse con sus copas?
¿Acaso han logrado ver esas hojas absorbidas
por la triste y misteriosa sombra de sus temores?

Árboles, plantados sin saber por qué, sin saber por quién
Hojas, caídas y vueltas a caer en un eterno ciclo vital
Ramas, quebradas por el viento de los paseantes extraños
Raíces, perdidas luego de tantos episodios cargados de llanto

La lluvia ya no cae sobre este pequeño bosque
La luz se olvidó de iluminar sus tenebrosos rincones
Los pájaros ya no llegan
Los que llegan ya no vuelan

Absorbente y frío bosque
Oscuridad sin fin, sin un fino toque
Ese toque de tus manos que lo hacía florecer
Se fue a volar para nunca jamás volver

¿Y acaso han escuchado de un ser vivo sin vida?
Por sus raíces ya no corre el agua, corre la sangre
Corren cientos de miles, miles de millones de dolores
Corre la tristeza de una incierta despedida

No parece ser un hermoso bosque
Ni siquiera se parece a aquellos a los que nos acostumbramos
Y claro, no es el bosque de los Cien Acres
Un bosque como el túnel que Juan preparó para María

Estos árboles hoy callan en paz para jamás recordar
Esos cantos que los pájaros les solían cantar
Para ser enterrado en el olvido de una oscuridad tenaz
Como aquellas manos que un día se fueron y le hicieron callar