domingo, 7 de abril de 2013

Pensamientos en una mañana poco común

Recuerdo haber tenido 12 años, haber tenido 8 años, pero ¿tan rápido ha pasado? De verdad el tiempo pasa increíblemente rápido, a un nivel sorprendente. Me puedo observar al espejo, veo pelos crecer en mi rostro, se va formando la barba, los años comienzan a pesar cada día, pero hay una esperanza, eso que hace que nada pese, que lo único que me preocupe es cumplir la Misión, a pesar de que vivo en una vida paralela, mundana, pero santificada por Papá, con un sendero fijo, con un objetivo constante y real. Cada día me convenzo más de aquello, de lo que he vivido, y si, lo admito, uno cae en el transcurso de la vida, pero nada evita volver a pararse y seguir caminando. Regresando a la raíz del tema, los años pasan frente a mis ojos, tiempos que fueron eternos, hoy son solo un recuerdo, algo que alguna vez pasó y que trae una enseñanza, un sentimiento y una nostalgia abrumadora y terrible, pero en contraste, hermosa. Y a la vez, frente al espejo veo mis errores, mis aciertos, mis virtudes y defectos, veo las construcciones en mi vida, algunas casitas, edificios y muy pocos rascacielos que sostienen esa bella ciudad que contiene todo mi ser, lo que he sido y a donde remará mi vida el día de mañana, una ciudad iluminada, nunca es de noche, (o muy pocas veces), porque un día de verano, con el año recién empezando, amaneció en mi vida, de una vez por todas el día llegaría a imponerse sobre la nocturna soledad de mi vida. Esa promesa que decía "Cambiaré tu tristeza en baile" se hizo realidad para mí, por lo menos dejar a un lado todo "lo antiguo" para dar paso a un nuevo comenzar, se me estaba regalando una nueva oportunidad, esa noche fría de un 5 de enero, en alguna parte de la Gran Capital, una verdad tan asombrosa corría por mis venas y hacía palpitar mi corazón en ese momento: "tú nombre está siendo escrito ahora mismo en el libro de la vida". En ese mismo instante no podía entenderlo completamente, pero hoy sí, Dios me salvó, me adoptó, me dio identidad y hoy estoy acá, todavía en "fase beta", pero creciendo cada día hacia un futuro mejor con Papá.