miércoles, 26 de junio de 2013

El Idioma Universal, uno de los pasos de la Globalización

Se puede observar que George Steiner en su ensayo “Los sueños son el campo neutral de las contradicciones”, nos habla de una evolución del lenguaje desde el suceso histórico en la torre de Babel, donde la lengua universal y única que existía, se desvaneció entre cientos de lenguajes nuevos que fueron creados a partir de ese momento, donde el ser humano ya no tendría una vía única de comunicación, sino que cada uno poseería una manera distinta de expresión lingüística. Pero, resulta que para Steiner, esta “evolución” sería realmente una involución, puesto que el hombre desde ese instante, a través de los años de civilización con los que estaría marcado el planeta posteriormente, empezando de pueblos como los hebreos, los egipcios o los fenicios, a las más recientes civilizaciones como el Imperio Romano o la misma Grecia, buscarían una lengua única, que los intercomunicara, que en palabras simples creara una nueva unión, una nueva alianza, una lengua que todos pudieran compartir.
Todo esto mencionado anteriormente tiene un gran defecto para Steiner y es lo que se quiere discutir a través de este texto, pero antes preguntémonos (en base al postulado de George que cito “Un idioma criollo global de los medios de comunicación basado en el inglés americano es una perspectiva demoledora. Igual de demoledora es la continuación de los regionalismos encendidos y odios lingüísticos”), ¿Es realmente un idioma global la destrucción total de la cultura de algunos pueblos pequeños o de grandes culturas que arrastran cientos de años de historia?
Para comenzar a sustentar esta teoría se tendría que mencionar los pueblos precolombinos de la América Latina, tales como los incas, los aztecas, los mapuches, los charrúas, entre otros. Los cuales hasta el día de hoy mantienen sus raíces “al rojo vivo”, mostrándose gran interés en su mantención por parte de los países involucrados directamente con la cultura de cada uno de estos pueblos, como por ejemplo, la lucha por la supervivencia de la cultura de los charrúas en Uruguay y en el norte de Argentina, la de los mapuches en el centro-sur de Chile o el legado directo que han dejado los incas en la lengua castellana latinoamericana o incluso en las costumbres de algunos países, principalmente en Perú.
Mediante la observación de los ejemplos anteriores, se puede concluir que ciertamente la cultura no morirá en los países que realmente tengan el interés debido para poder mantener presente a todos sus antepasados y las raíces culturales que tienen estos.
Ahora pues, pasando a observar el otro polo de la tesis de Steiner en cuanto a la existencia de una lengua universal, él nos dice que “igual de demoledora es la continuación de los regionalismos encendidos y odios lingüísticos” y antes, en su ensayo, sustenta esa idea con la siguiente oración: “Esta paradoja y problema inextricable tiene una especial importancia inmediata aquí, precisamente, porque el español sólo es superado hoy en día por el angloamericano en cuanto a su carácter expansionista -he ahí el ejemplo de los Estados Unidos Hispanos- y, sin embargo, sufre a la vez amargos conflictos internos y reivindicaciones independentistas locales y el apartheid”.
Con este ejemplo se puede ver claramente que la imposición de una lengua global es un fiel motivo de discordia y separación entre las personas, puesto que alguien ajeno a tu cultura venga y trate de imponerse con la suya no es grato para nadie. Esto nos haría revivir un poco lo que fue el proceso de conquista en diversos puntos del planeta, tales como los países de Oceanía conquistados por el Reino Unido, los de África por Francia y Reino Unido o los mismos latinoamericanos por el Reino Unido, España, Portugal, Holanda y Francia.
Aunque principalmente la lucha actual más compleja es la pugna que hay entre el inglés y el español. Debido a esta pugna y a la actitud de los norteamericanos al llegar a los países hispanos, principalmente en los latinos, ha sido muy fría e imponente, donde ellos piensan que al llegar a un país extranjero, el resto debe adaptarse a sus hábitos, pero cuando uno va a Estados Unidos, es el extranjero quien debe adecuarse a los hábitos de los estadounidenses, lo que ha creado un fuerte resentimiento hacia ellos por parte de la gente latina y una reticencia al idioma anglosajón.
Llegando con todo esto a abordar el tema de la globalización, antes que todo, según Wikipedia esta “es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global”.
Observando la definición de globalización vemos que toca un punto fundamental para el asunto que nos convoca: la cultura. La globalización significa una  interdependencia  de las diferentes culturas del mundo, lo que provoca que de una forma u otra, a la larga, todas las culturas terminarían mezclando ciertas características entre sí, formando una única cultura mundial.
Frente a este supuesto, Steiner ya comienza a anticiparse con esta afirmación: “...la eliminación de las lenguas humanas -se calcula que podrían quedar unas cinco mil de las veinte mil que existían hasta hace poco- amenaza con vulgarizar, con estandarizar los recursos internos y sociales de la raza humana”. Esto nos quiere decir que se irían reduciendo significativamente las lenguas existentes en el planeta como uno de los primeros efectos de la globalización, reduciéndolas a un 25% de la cifra original, es decir, descienden la cantidad de lenguas en un, no menor, 75%.
Se cree que estas cifras son un poco alarmantes, pero no fantásticas, pues a pesar de que George Steiner haya estipulado todas estas ideas en el año 2001, para el presente 2013 este supuesto no deja de ser una realidad, vemos como crecen las academias para adquirir la lengua anglosajona en los países tercermundistas y la cantidad de gente alrededor del globo que ya maneja este idioma, al menos en un nivel de supervivencia.
Poco a poco se puede ir observando la presencia de este amenazador movimiento unificador, que nos asecha cada día más, donde levemente se pueden ver más marcas extranjeras que nacionales en nuestros supermercados (que irónicamente son de empresas multinacionales, generalmente norteamericanas). Pero principalmente en el tema de la lengua es algo preocupante, pues como mencionaba Steiner sobre las lenguas de una cultura particular, aprender un idioma, leer sus clásicos, contribuir a su supervivencia, aunque sea en modesta medida, es ser más que uno mismo, lo que una posible desaparición de idiomas como el francés, el español, el italiano, el alemán, el ruso, el japonés, el chino mandarín, entre otros, provocaría que, al igual que sucedió con el latín, el arameo y el griego antiguo, muchos textos tan ricos en literatura y conocimientos desaparezcan, teniendo que preparar a eruditos en estos idiomas para que puedan examinar y sacar estas riquezas, llevándolas al inglés, con la amenaza de que no llegue en un ciento por ciento su belleza literaria.
Finalmente, esta segregación idiomática ligada a la globalización terminaría por enterrar nuevamente a muchas civilizaciones trascendentales para nuestra sociedad actual dando paso a una nueva era, una era gobernada por los americanos y su inglés.